Flores, gofres y la tasa turística más alta

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Ámsterdam, la ciudad de los canales, las bicicletas por doquier, la de Ana Frank, los tulipanes con primaveras stendhalianas y los espectaculares museos, vive desde hace una década también con el complicado reverso de morir de éxito. El turismo desaforado en la capital de Países Bajos dificulta a sus ciudadanos vivir tranquilos. Ante la situación, el Ayuntamiento ha aplicado una serie de medidas, pero al igual que le ha ocurrido a otras localidades en el mundo, parece aún no tocar la tecla correcta.

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