Esta es una historia real que empieza el nefasto mes de marzo de 2020. La protagoniza F., un hombre de 83 años que vio la declaración del estado de emergencia por la pandemia de la covid en la televisión de la habitación de hospital donde estaba ingresado aquejado de una enfermedad crónica. F. vivía solo por decisión propia, tenía una vida autónoma y cobraba una pequeña pensión a pesar de haber trabajado desde adolescente. Por esta razón se pudo acoger a la bonificación del 90% de la tasa de recogida de basuras de su municipio barcelonés.
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