Catalunya y, en especial, Barcelona sacan brillo a su fachada marítima para celebrar, a partir de septiembre, la edición número 37 de la Copa América de vela 2024. Un escaparate de impacto mundial que sin embargo encubre la angustia de los clubs de vela catalanes amenazados por una inflexible aplicación de la ley de Costas del Estado, que data de 1988 y que los aboca a su completa desaparición. De nada han servido por el momento las peticiones de los gobiernos municipales y entidades deportivas como la Federació Catalana de Vela, ante la cruzada que mantiene el Ministerio de Transición Ecológica contra estas instalaciones. Les aplica el mismo rasero que a las edificaciones ilegales, mientras que los clubs reclaman que se tenga en cuenta su aportación social y deportiva e insisten en que no tienen ánimo de lucro.
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