El alcalde de Barcelona lleva unas semanas aguantando el tipo frente a los altavoces del decrecimiento. Primero fue plantar cara con el majestuoso evento internacional de Louis Vuitton y ahora, en breve, ocurrirá en la defensa de la decisión municipal de financiar la exhibición de bólidos de F-1 por el paseo de Gràcia. Pero ese espíritu combativo, y elogiable, no se contagia en otras áreas de decisión. El borrón se centra en la negativa a modificar el trazado del carril bici de Via Augusta, ese que contribuye a magnificar los atascos de entrada a la ciudad de la numerosa población flotante que vive más allá de los túneles de Vallvidrera.
20240604/9702249/via-augustao-via-adustaPost relacionados
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