Collboni tiene un agujero en las supermanzanas

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Tres jueces han condenado al Ayuntamiento de Barcelona por su chapucera tramitación urbanística de la llamada supermanzana, la conversión de la calle Consell de Cent en un paseo de cuatro kilómetros para impedir que no pasen los coches y la creación de cuatro plazas en los cruces de esta vía con las calles Rocafort, Comte Borrell, Enric Granados y Girona. Las tres sentencias dicen lo mismo. El Ayuntamiento se saltó la ley porque el proyecto requería de la modificación del Plan General Metropolitano (PGM) porque “significa un cambio de paradigma respecto a cómo se había concebido la urbanización del espacio público”, según consta en el auto judicial. No se quiso modificar el PGM y, además, los jueces ponen al descubierto la trampa del Consistorio para ejecutar el proyecto consistente en trocearlo en varias actuaciones y considerarlas obras ordinarias, aunque no lo eran porque transformaban la configuración del mayor distrito de la ciudad.

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