Pese a lo que diga el tango, ese que define a la vida como un soplo, veinte años son muchos. Y cuarenta son aún muchos más. Gracias al empresario, y sobre todo barcelonés vocacional, Javier de las Muelas, se han recuperado los retratos, realizados por la fotógrafa sueca María Espeus, de algunos barceloneses que hace cuarenta años eran jóvenes que miraban confiados o desafiantes a sus futuros respectivos. El rostro sinfónico de Javier, uno de los retratados, recuerda al del compositor Gustav Malher.
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